Bienvenidos...

Un espacio interior que da a la calle. Algunas historias son internas porque son de esas que pasan dentro de uno y no siempre se cuentan ni se muestran. Otras, porque son de nosotros con otros. Historias de nuestra propia historia o historias contadas desde dentro. Historias internas también es el espacio donde están las cosas de mis hijos, sus anécdotas, algunas de las infinitas escenas que me hacen vivir lo mejor de mi vida: Juli, Fafa y Santi. Por ahora escribo yo. Mañana tal vez escriban ellos.

Que lo disfruten como disfruto de vivirlas y escribirlas. Que sufran junto a mí. Que se alegren. Que compartan o disientan. Como sea, gracias por tomarse el tiempo de leer.

Fer


Las 3 mejores razones

jueves, 22 de diciembre de 2011

Decisiones drásticas

Llegué a casa con una jaqueca de esas que dan náuseas. Juli ya estaba bañada. Era el turno de Fafa, y todos estábamos de acuerdo, salvo él, que se enfureció ante la orden, y encaró hacia el baño odiándome.

Tres minutos después, yo recostada en el sillón, apareció Santi a contarme, voz en cuello, que Fafa aseguraba que, cuando fuera grande, me iba a dar una paliza. Como  la perseverante jaqueca me daba un fastidio-base sobre el cual toda molestia pasaba a ser un calvario, intenté dejarla pasar. No abrí los ojos, siquiera. Santi repitió la denuncia. Lo chisté. Santi repitió la denuncia en un susurro. Lo reté por denunciar a su hermano y por hacer ruido, sabiendo que me dolía tanto la cabeza. A punto de abandonar el living me gritó "es que Fafa dijo que cuando sea grande te va a dar una paliza". Cuando estaba por la mitad del pasillo lo escuché murmurar "y yo también".

jueves, 20 de octubre de 2011

Fútbol para tod@s

Fafa mira fútbol, siempre. No importa de dónde es; da lo mismo enganchar River-Huracán, Real Madrid-Barcelona o Alajuelense-Saprissa de la liga costaricense.

El partido era "raro", porque era un Argentina-Brasil con jugadores que no reconocían. Santi insistía preguntando cuál era Messi y cuál Heinze, y Fafa se ponía nervioso porque no los encontraba. Tal el revuelo, me acerco a mirar para descubrir que estaban mirando, sin saberlo, fútbol femenino.

Eso de modo alguno iba a mellar el entusiasmo de la tribuna, que automáticamente empezó a hinchar y comentar. Todo transcurría normalmente, hasta que Fafa detectó que el árbitro TAMBIÉN era una mujer. "Sí, hijo, tiene que ser una mujer". Lo pensó cinco segundos y asintió "claro, porque si fuera un árbitro varón cobraría como si fuera fútbol real".

No le hice tragar el control remoto porque tiene 7 años.

domingo, 21 de agosto de 2011

Kit completo

Después de anos de patearla al corner, finalmente el regalo del día del niño fue un gato. Gris, cuatro meses, un encanto.
La amiga que nos lo dio en adopción nos lo entregó en una especie de jaulita descartable, de cartón, que por lo visto Royal Canin entrega ad-hoc, una bolsita de comida y un librito-manual para descubrir qué catzo se hace con este bicho hasta tanto uno se haga alguna idea.

Por supuesto, como la indicación era no molestarlo en absoluto, dejar que el gatito hiciera lo que quisiera sin forzarlo ni perseguirlo, no se lo podía abrumar, y los chicos optaron por leerse el instructivo. Que si las orejas planas significaban tal cosa, que el corte de uñas tal otra, y que las orejas se le limpian con un algodoncito sostenido por una especie de pinza que, para Fafa, era "la tijera".

Previendo la posibilidad de que el tipo saqueara el costurero en busca del utensilio apropiado, le explicamos que no era una tijera sino un instrumento especial. La respuesta, inmediata, fue "¿Y la trajo?", "¿Qué cosa, hijo?", "Digo, si se fijaron si no vino en la caja".

Si el Rasti trae las ruedas y las piezas transparentes, el gato, que vino con alimento y drivers, bien hubiera podido venir con la pinza. Haremos el reclamo al fabricante...

martes, 12 de julio de 2011

Bicho de frío

A punto de salir para el jardín, emponchado como un esquimal en invierno porque el noticiero acusaba tres grados bajo cero de térmica, Santiago escuchaba atentísimo las explicaciones de Confesore.
Siguió el pronóstico hasta que estuvo en condiciones de retransmitir la información: se dio vuelta, me miró y con tono catástrofe me avisó "hace muchísimo frío, y es porque está la Osa Polar".

domingo, 15 de mayo de 2011

¿Apta todo público?

Cocinábamos torrejas de domingo con Julieta, y charlábamos. "En la casa de Lara vi Rattatouille en persona", me cuenta. Para los no iniciados, es una película de ratoncitos cocineros, y "en persona" significa "no animada sino actuada".


"Pero claro, los ratones no hablan". "Ah- indago- ¿y cómo hacen? ¿les ponen una voz, un actor que dice lo que diría el ratón?". "No, mamá, los ratones no pueden hablar como humanos. Si es en persona significa que es como es en realidad". "Ah -extrañada- ¿y cómo se entera el espectador de lo que el ratoncito piensa o dice?", insisto.

Me mira exasperada. "A ver: los ratones no hablan. Se comunican entre ellos con un idioma propio. Algunos veterinarios que se dedican a ratones, les entienden. Si sos de esos veterinarios, la mirás como viene; si no, le tenés que poner subtítulos en castellano". Obvio.

lunes, 18 de abril de 2011

¿Polvo de estrellas?

"No de todos la caca es marrón. La caca de los unicornios es plateada". (SIC)
Y el que diga que Santiago no viene con datos fundamentales...

miércoles, 9 de febrero de 2011

Hijos nuestros

La de hoy era una jornada netamente futbolera, bien de selección. A las 5 de la tarde el amistoso Argentina-Portugal de las selecciones mayores. A la noche, el partido de los chicos del sub-20 contra Uruguay compitiendo por un lugar en los juegos olímpicos y la clasificación al mundial.

Fafa y Juli estuvieron indagando toda la tarde acerca de los dos partidos. Cuando los llevaba a la colonia, convinimos que cuando los íbamos a buscar a la salida, nos quedábamos a terminar de ver el partido de "los grandes" y que después nos volvíamos a casa temprano para poder ver el partido de "los chicos".

Después del 2-1 de la selección mayor, cuando llegamos a casa, Juli me encara y me dice seriamente:
-Papi, ¿por qué yo nunca vi el partido de los hijos?
-.... -respondí con un largo silencio mientras la miraba atónito tratando de descubrir qué me quería preguntar
- ¿Eh? ¿Por qué? -insistió.
- ¿Qué hijos Juli? -le pregunté cuando perdí la ilusión de responderle sin haber preguntado para seguir siendo el que todo lo sabe.
- Los del equipo... -respondió no muy convencida.

Yo seguía tratando de buscar respuestas a preguntas que seguía sin entender. Una quimera. Pero como ya me había resignado a dejar de ser el sabelotodo, seguí indagando.

- No te entiendo Juli, ¿los hijos de qué equipo?
- Noooo, el equipo de los hijos
- ¿Pero de qué hijos? -me salió impaciente
- ¡Los que juegan ahora a la noche!!!! ¡Los chicos!!!-respondió más impaciente que yo

Ahí me cayó la ficha. Y evitando que la sonrisa se convirtiera en carcajada le aclaré:

- No, Juli, los que juegan no son los hijos de los jugadores de la selección... les decimos "los chicos" porque tienen menos de 20 años... pero no son los hijos de los que jugaron recién...

- Ah -dijo mientras fruncía el ceño.

Se quedó pensando, masticando bronca por el yerro (a la princesita no le gusta ese lugar). Pero las cosas no iban a quedar así nomás...

- Fafaaaaa!!!!! -vociferó Juli- No son los hijos!!!!!!! Estás diciendo pavadas!!! -aseguró con aires de sapiencia.
- ¿Eh? ¿Cómo que no? Preguntale a papi...
 
Y otra vez me tocó censurar la película...

viernes, 4 de febrero de 2011

Ladrones de rascadas

En mi familia hay un curro. Histórico. No puedo distinguir cuál de los tres arrancó con la solicitud. Hoy es claro que el delegado y principal representante es Santi.

Cuando era apenas un bebé y apenas balbuceaba las primeras palabras, empezó a usar el recurso. Le costó mucho más decir "papá" y "mamá" que... "más caddneee" (sí, quería comer el pibe, qué mamá ni papá!!!). Pero poco después de eso aprendió a pedir cosas. Entre ellas, cuando ya estaba a punto de volcar porque al conejito de Duracel no le quedaba ni un poquito de resto, venía a buscar refugio y mimos al son de "¿me agrrrascás laspalda?". Bueno, después (o tal vez antes, pero la simultaneidad del crecimiento de mis vástagos no me permite distinguir mucho los tiempos) Fafa y Juli también lo hicieron suyo.

Cuando "hace sueño" o piden mimos, el "me arrascás laspalda" es un clásico.
Hoy terminaron de cenar y después de que Juli, que ya está hecha una señorita autónoma, se fue a su cama, Fafa se revolcó en el sillón del living donde yo estaba sentado y me elevó el pedido de "arrascamiento despalda". Claramente, mi rascada no es igual que la de Sol. Mis uñas son casi nulas y el grosor de mis dedos está más cerca del racimo de chorizos que de las manos de Bruno Gelber. Pero Fafa, diplomático y comprador como pocos, mientras yo le rascaba me repitió algo que ya había enunciado hace unos meses:
- Mami me arrasca mejor, pero vos aunque me arrascás menos, al mismo tiempo que me arrascás me hacés masajes -dijo en clara alusión al volumen de mis dedos...
Al rato pidió algo que ocurre casi nunca y para ellos es todo un plan: ir a dormir a la cama de mamá y papá. Y allá fue, con mimos de su madre incluidos.
Santi, que estaba intentando jugar al Mahong, dijo que él también quería ir a la cama de papá y mamá. Pero antes... Mahong. Lo ayudé más de la cuenta -y con protestas en el medio- para acortar los tiempos. Cuando el solitario chino puso el cartelito de "No more moves" él consideró que había ganado... y se fue a nuestra cama.
Con Fafa ya desnucado, Santi vio su oportunidad: "¿Me arrrascás laspalda?". Sol estiró lo inevitable con un "Bueno, lavo los platos -que nunca lavó- y vengo a rascarte la espalda". Santi, que sabe que eso de lavar los platos es algo que dura mucho (tanto que casi siempre él se duerme antes de que termine la tarea), espetó. "Noooooooo... lavar los platos, no!!!". Pero no le quedó opción... hasta tres minutos después que empezó a llamarnos a los gritos. En un momento, respondí a la requisitoria y fui.
- ¿Y mami? - me preguntó desagradecido.
- Está lavando  los platos -respondí consecuente con la mentira piadosa acerca de los platos que todavía dormían en la bacha esperando que alguien, a su vez, se apiadara de su suciedad...
Con cara de "yo no fui" Santi me reiteró el pedido:
- Bueno, arrascame un poco vos y después que venga mami...
- Ok, ahora te hago yo y después la llamo -le dije mientras me preguntaba ¿y mi arrascada que es? ¿verdurita?...
Tres minutos. Aunque creo que fueron menos. Y Santi se "adurmió".
Ahora, si me disculpan, me voy a dormir. Pero antes tengo que mover a Laurel y Hardy de nuestra cama para poder descansar un poco. Ah, y tengo que pedirle a Sol que me arrasque laspalda...

(NR: Laspalda de la arriba a la izquierda es muy parecida a la mía...)

jueves, 27 de enero de 2011

El padre de la novia

Y sí, el momento iba a llegar, indefectiblemente. Hace unos cuantos meses Fafa sobrevoló el tema pero una serie de maniobras elusivas permitieron no entrar en detalles. Pero él no es precisamente de los que compra cualquier huevada que uno le diga. Y si le esquivás un tema, tenelo por seguro, va a volver a la carga.

Anoche estábamos mirando tele con Sol cuando irrumpe el vástago del medio pidiendo y haciendo mimos en simultáneo. Pero el objetivo no era sólo ese, claro. Sin filtros de ningún tipo me pregunta: "Papi, ¿vos cómo hiciste cuando no estabas más con tu novia?". Todavía medio confundido le repregunté: "¿Qué novia Fafa?". "De tu querida... ¿o era tu esposa? La mujer con la que estabas antes de mamá..."

Con Sol nos miramos y yo me di cuenta de que era el momento de explicarle que no siempre el amor dura para siempre. Pero cargaba con todo el prejuicio y esa actitud proteccionista que uno toma cuando les habla de la muerte, o de las enfermedades ajenas o de todo eso que uno no quiere que se imaginen que les puede a pasar a papá y a mamá.

- Sí, era mi esposa.
- ¿Te habías casado? ¿Y cómo hiciste cuando... cuando no estvieron más juntos con tu esposa?

Sol aguantaba la risa de verme literalmente contra las cuerdas. Yo hacía un repaso mental ultra veloz del "Manual de padres en segundas nupcias" buscando el capítulo "Cómo explicar que papá alguna vez se enamoró de otra persona que no es mamá y después se divorció". Obviamente, no lo encontré. Así que mientras que yo decidía usar la técnica más efectiva, decirle las cosas tal cual fueron, Sol  en simultáneo me alentaba en inglés (ya nos queda poco de ese recurso para hablar de algo delante de ellos sin que entiendan), a encararlo  por ese lado.

Recurrí a las técnicas en desuso de locutor para colocar una voz firme y segura. Aclaré la gargante y dije:

- Después de un tiempo de estar juntos nos dimos cuenta de que ya no nos gustaban las mismas cosas, que queríamos cosas diferentes y que había varias otras cosas en las que no estábamos de acuerdo. Hablamos mucho, y como ya no nos queríamos tanto como para estar juntos toda la vida, decidimos que lo mejor para los dos era no estar más juntos y que cada uno pudiera estar con otra gente, conocer a otras personas y seguir cada uno por su lado para poder sentirnos bien y ser felices. Entonces nos separamos... Y al poco tiempo la conocí a mamá-le dije suspirando aliviado por haber saltado la valla, si no con éxito al menos sin voltearla.

- ¿Y fueron a decirle al juez?
- Sí, claro, le dijimos al juez.
- ¿Y al padre?

Intuí que estábamos ante el comienzo de una conversación dificil. Porque explicarle la relación con mi ex suegro era ya demasiado abstracto. Pero fue más difícil de lo que pensaba. Como si fuera poco, a los temas del corazón se sumaron cuestiones religiosas.

- ¿Qué padre, Fafa?
- Al padre del Dios... el señor de la Iglesia.
- No, Fafa, a Dios cada uno se lo dice por su cuenta, de la manera que quiere.

Lo que siguió fue una disquisición bizarra para explicarle que ese señor era cura o sacerdote, pero que le decíamos "padre" pero que no era el "padre de Dios", que Dios no tenía padre. Por suerte evitamos empezar a hablar de Jesús y la Santísima Trinidad...

Pero como todo no podía ser tan fácil (si a lo que acababa de ocurrir se lo puede llamar "fácil") Fafa siguió escarbando...

- Papi ¿y tenés fotos de... de... ?
- ¿De Alejandra?
- Sí, de la que estaba con vos antes de mamá.
- Sí, Fafa, tengo.
- ¿Las puedo ver?

Todavía tengo que desempolvar cajas y ver si rescato alguna foto... Pagaría por saber -más allá de la obvia comparación de belleza de la que su mamá va a resultar vencedora- qué cosas pasan por la cabecita de Fafa para querer saber cómo es que me divorcié y qué lo mueve a querer ver las fotos de "la otra".... Escucho ofertas...

Talento o tá lento

Los varones jugaban al metegol. A la distancia, escuchaba a Santi refunfuñar. Hasta que vino a presentar el reclamo: "Fafa hace trampa". Antes de tomar medidas apresuradas, lo intimé "¿seguro que está haciendo trampa?". Sentenció, indignado "sí, hace trampa, mueve los jugadores mucho más rápido que yo".

viernes, 21 de enero de 2011

Realmente un mal momento

Estábamos en el club, entre semana. Debía ser el único día en el año en que en la cartera no tenía las toallitas húmedas, pero claro, eso no era motivo para que mis hijos no quisieran ir al baño. Porque si hay un aparato que les funciona bien a mis hijos es el digestivo. Les funciona varias veces al día, con ritmo y sin escatimar.

Lo cierto es que no teníamos toallitas húmedas, pero afortunadamente los baños del vestuario de damas tienen bidet. Abrí las canillas y esperamos un ratito a que el agua se templara. Fui a buscar jabón líquido al dispenser, y el agüita seguía saliendo friíta. Cerré la canilla fría y comprobé que, efectivamente, no salía agua caliente. "Sale fría" sentenciaba Fafa cada 15 segundos con cara de "vos no pretenderás que yo". A los 8 minutos, y con el jabón líquido chorreándome a la altura del codo, corté por lo sano "hijo, te mojo, cierro, te enjabono, y luego abrimos un momentito para enjuagar". Sin ninguna convicción, accedió.

Lo mojé, cerré, lo enjaboné y volví a abrir el agua para enjuagarlo. Se movía, se incorporaba, se corría "pero hijo, por Dios, dejame enjuagarte de una vez".

Y entonces alzó la cabeza y me miró. Con una carita que soy incapaz de describir. Desazón, desesperación, resignación. Todo junto en esas facciones microscópicas. Y explicó "es que el agua helada me da en las bolas".

lunes, 3 de enero de 2011

Haciéndonos quedar bien

Hace un año, precisamente durante el almuerzo del 25 de diciembre de 2009, Santiago jugaba con la perra de su prima Camila, y no vio venir la hamaca que le abrió las dos cejas. No vamos a hablar de las 24 horas siguientes a ese instante, porque es preferible que queden en el olvido. Sólo recordemos que, mientras todo aquello sucedía, Santiago se reía y comía chupetines.
Idéntica escena, un año más tarde, alguien evoca el recuerdo. Aseguro "y no hubo modo de que entendiera cómo fue la cosa, se pasó todo el año diciendo que en las cejas, lo que le pasó, fue que lo mordió la perra de Camila". Los demás nos miraban incrédulos, Fer asentía y reafirmaba "cada vez que se acuerda dice que fue la perra de Camila".
Para erradicar toda sombra de duda, lo llamo "Santi, vení, contale a la tía ¿qué te pasó en la frente?". Santi se da vuelta y me mira con gesto suficiente "¡mamá! me golpeó la hamaca".
Sí, quedamos como unos pelotudos. Pero en fin, qué le hace una lancha más al Tigre...