Bienvenidos...

Un espacio interior que da a la calle. Algunas historias son internas porque son de esas que pasan dentro de uno y no siempre se cuentan ni se muestran. Otras, porque son de nosotros con otros. Historias de nuestra propia historia o historias contadas desde dentro. Historias internas también es el espacio donde están las cosas de mis hijos, sus anécdotas, algunas de las infinitas escenas que me hacen vivir lo mejor de mi vida: Juli, Fafa y Santi. Por ahora escribo yo. Mañana tal vez escriban ellos.

Que lo disfruten como disfruto de vivirlas y escribirlas. Que sufran junto a mí. Que se alegren. Que compartan o disientan. Como sea, gracias por tomarse el tiempo de leer.

Fer


Las 3 mejores razones

viernes, 4 de febrero de 2011

Ladrones de rascadas

En mi familia hay un curro. Histórico. No puedo distinguir cuál de los tres arrancó con la solicitud. Hoy es claro que el delegado y principal representante es Santi.

Cuando era apenas un bebé y apenas balbuceaba las primeras palabras, empezó a usar el recurso. Le costó mucho más decir "papá" y "mamá" que... "más caddneee" (sí, quería comer el pibe, qué mamá ni papá!!!). Pero poco después de eso aprendió a pedir cosas. Entre ellas, cuando ya estaba a punto de volcar porque al conejito de Duracel no le quedaba ni un poquito de resto, venía a buscar refugio y mimos al son de "¿me agrrrascás laspalda?". Bueno, después (o tal vez antes, pero la simultaneidad del crecimiento de mis vástagos no me permite distinguir mucho los tiempos) Fafa y Juli también lo hicieron suyo.

Cuando "hace sueño" o piden mimos, el "me arrascás laspalda" es un clásico.
Hoy terminaron de cenar y después de que Juli, que ya está hecha una señorita autónoma, se fue a su cama, Fafa se revolcó en el sillón del living donde yo estaba sentado y me elevó el pedido de "arrascamiento despalda". Claramente, mi rascada no es igual que la de Sol. Mis uñas son casi nulas y el grosor de mis dedos está más cerca del racimo de chorizos que de las manos de Bruno Gelber. Pero Fafa, diplomático y comprador como pocos, mientras yo le rascaba me repitió algo que ya había enunciado hace unos meses:
- Mami me arrasca mejor, pero vos aunque me arrascás menos, al mismo tiempo que me arrascás me hacés masajes -dijo en clara alusión al volumen de mis dedos...
Al rato pidió algo que ocurre casi nunca y para ellos es todo un plan: ir a dormir a la cama de mamá y papá. Y allá fue, con mimos de su madre incluidos.
Santi, que estaba intentando jugar al Mahong, dijo que él también quería ir a la cama de papá y mamá. Pero antes... Mahong. Lo ayudé más de la cuenta -y con protestas en el medio- para acortar los tiempos. Cuando el solitario chino puso el cartelito de "No more moves" él consideró que había ganado... y se fue a nuestra cama.
Con Fafa ya desnucado, Santi vio su oportunidad: "¿Me arrrascás laspalda?". Sol estiró lo inevitable con un "Bueno, lavo los platos -que nunca lavó- y vengo a rascarte la espalda". Santi, que sabe que eso de lavar los platos es algo que dura mucho (tanto que casi siempre él se duerme antes de que termine la tarea), espetó. "Noooooooo... lavar los platos, no!!!". Pero no le quedó opción... hasta tres minutos después que empezó a llamarnos a los gritos. En un momento, respondí a la requisitoria y fui.
- ¿Y mami? - me preguntó desagradecido.
- Está lavando  los platos -respondí consecuente con la mentira piadosa acerca de los platos que todavía dormían en la bacha esperando que alguien, a su vez, se apiadara de su suciedad...
Con cara de "yo no fui" Santi me reiteró el pedido:
- Bueno, arrascame un poco vos y después que venga mami...
- Ok, ahora te hago yo y después la llamo -le dije mientras me preguntaba ¿y mi arrascada que es? ¿verdurita?...
Tres minutos. Aunque creo que fueron menos. Y Santi se "adurmió".
Ahora, si me disculpan, me voy a dormir. Pero antes tengo que mover a Laurel y Hardy de nuestra cama para poder descansar un poco. Ah, y tengo que pedirle a Sol que me arrasque laspalda...

(NR: Laspalda de la arriba a la izquierda es muy parecida a la mía...)

No hay comentarios.: