Bienvenidos...

Un espacio interior que da a la calle. Algunas historias son internas porque son de esas que pasan dentro de uno y no siempre se cuentan ni se muestran. Otras, porque son de nosotros con otros. Historias de nuestra propia historia o historias contadas desde dentro. Historias internas también es el espacio donde están las cosas de mis hijos, sus anécdotas, algunas de las infinitas escenas que me hacen vivir lo mejor de mi vida: Juli, Fafa y Santi. Por ahora escribo yo. Mañana tal vez escriban ellos.

Que lo disfruten como disfruto de vivirlas y escribirlas. Que sufran junto a mí. Que se alegren. Que compartan o disientan. Como sea, gracias por tomarse el tiempo de leer.

Fer


Las 3 mejores razones

sábado, 6 de febrero de 2010

Vacaciones de palabra

Pareció una pesadilla. Casi lo fue.

Planificás tus vacaciones en Octubre para Febrero del año siguiente (je, a previsores no nos van a ganar). Como desde hace 3 años, hablás con el dueño de la pelota, el que te alquila "el lugar en el mundo" que elegiste para tus vacaciones, para las de tus hijos, para descansar en familia. "Le llevo la seña" decís, inocente. "No, querido, con vos no hace falta... los conozco hace 4 años y sé cómo me devuelven la quinta… -dice-. Me das la plata cuando nos veamos" responde el dueño con lógica comercial y confianza en vos.

En Diciembre (no vaya a ser cosa que queden dudas) volvés a hablar y a reconfirmar. "Le llevo la seña, no me cuesta nada…" decís, insistente. "Pero no, querido, quedate tranquilo, somos gente de palabra... yo te doy por confirmado todo febrero. De última, si aparece alguien, te aviso" dice el dueño con más lógica comercial.

Pasás el enero más caluroso de la historia, con la zanahoria que tuviste todo el año... Jejeje, ya falta poco y me desquito. Coordinás la fecha y hora de entrega de la quinta... 31 de enero a la tardecita (Ja! nos ganamos un día, ¿viste?)

Ahora sí. Se vienen el descanso, los amigos, los amigos de los chicos, los asados interminables... ¡¡¡Qué carajo me importan los 39 de térmica!!!

31 de enero: el auto hasta las manos, los chicos ansiosos, nosotros exultantes...

Llegás, abrís la tranquera, y una familia (deben ser una de las hijas y el yerno y su mamá) sale a recibirte. Inmejorable. Nos explican algún detalle nuevo, las mejoras y se rajan. Y nosotros empezamos las vacaciones.

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- Hola, que tal, yo soy Fernando- espeto con una sonrisa de nuca a nuca.
- Hola, yo soy Pablo... ¿te puedo ayudar en algo? -dice el gordito bonachón, Pablo.
- No, nada, ya hablé con Javier –el dueño- y vengo a tomar posesión de la quinta para Febrero... -digo mientras intento vanamente achicar la sonrisa.
-...... -no dice nada Pablo...
-...... -lo miro yo...
- No, no, YO vengo a tomar la quinta... debe haber un error... yo hablé con la dueña y vine a señarle el 9 de enero...-afirma Pablo.
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Desde la blanca palidez de Sol (todavía escucho el eco de su voz... "Esto es un desastre") y el rojizo iracundo de mi sangre tana corriendo cada rincón de mis venas, pasamos -comunicaciones vía celular mediante- a confirmar que sí, que Pablo decía la verdad, y que -lo peor de todo- los dueños, los de la palabra, lo bancaban (a Pablo y a su seña de 500 pesos).

Lo demás, el regreso, fue un infierno. Las caritas de desazón de los chicos, Julieta pidiendo que les explicáramos a los señores que "nosotros hace cuatro años que venimos a la quinta"... Fafa, llorando desconsolado al grito de "No valeeeee, no valeeee... si nosotros veníamos de vacaciones". Y Santi... bue, Santi, preocupado por si algún pajarito se chocaba contra un árbol o si aparecía un orangután.

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Del 1º al 5 de febero fueron de los días de más angustia de los últimos años. La incertidumbre, la bronca contenida, el desconcierto. La pregunta cotidiana de los chicos... "¿cuándo nos vamos a la quinta? ¿dentro de 10 días?".

Buscamos clasificados, avisos en MercadoLibre.com y en buscainmuebles.com, en masinmuebles.com, en soloduenos.com, en alquiloquintasmenoslatuya.com. Creo que nos faltó eBay, pero en USA no suelen publicar quintas en febrero para alquilar en Buenos Aires...

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No vienen al caso los pormenores, pero sí el final. Por aquello de que “no hay mal que por bien no venga” y porque “Dios aprieta pero no ahorca”, después de 5 días de angustia, cansancio, corridas y trasnochadas, cerramos el contrato por una quinta que queda más cerca, es más grande, más nueva, más moderna… y más barata... Una de esas perlitas que no se encuentran, que son casualidades causales, que te salen como al mago Cacarulo… de puro mago…

Le agradezco a los planetas y a los dioses de todas las religiones.

Mañana (hoy, digamos) nos vamos con el auto hasta las manos, los chicos ansiosos, nosotros exultantes…

Cuando despierte de esta casi pesadilla voy a querer que alguien me explique dónde dejó el criterio, la palabra y el honor mi antiguo locador. Mi error fue creer en la palabra. Confiar. Descansar en el sentido común y la valoración del otro.

Pareció una pesadilla. Casi lo fue. Pero no. Menos mal…

Ahora, si me disculpan, me voy a instalar en la nueva quinta para empezar mis vacaciones.