A punto de salir para el jardín, emponchado como un esquimal en invierno porque el noticiero acusaba tres grados bajo cero de térmica, Santiago escuchaba atentísimo las explicaciones de Confesore.
Siguió el pronóstico hasta que estuvo en condiciones de retransmitir la información: se dio vuelta, me miró y con tono catástrofe me avisó "hace muchísimo frío, y es porque está la Osa Polar".
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