Dos minutos después descubrió en el frente un nicho con una imagen del Espíritu Santo, y preguntó qué era. Ahora sí, cagamos. Le explico que, en realidad, Dios no es una persona, sino que Dios es la unidad de tres seres: Dios Padre, Jesús y el Espíritu Santo, que es como una potencia, como una fuerza, como un alma, que se representa con esa paloma.
Fafa me miraba todo lo serio que podía estar en el mundo un tipo de 8. Se quedó pensando. Yo temblaba ante la posibilidad de alguna repregunta, y sólo me consolaba la cercanía con la parroquia a la que, irremediablemente, iría a pedir asilo. O ayuda. O la Extremaunción.
Luego de unos veinte (larguísimos) segundos sonrió mientras asentía. "Claro, por eso decimos 'en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo'...". Obviando el hecho de que se persignó al revés, sí, era así. "¿Entendés?", pregunté, con un hilo de voz. "Sí -me contestó -lo que yo no entiendo es dónde queda Uruguay".
Sí, es que hay temas que son complejos.
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