
Ellos lloraron y patelearon, y se echaban la culpa mutuamente. Hasta que Fafa aseguró que no quería ser más de esta familia. "No quiero vivir más con ustedes. Búsquenme otra familia".
Fer, desde la cocina, le gritaba que no había problema, que le diera un par de días, que él le iba a encontrar otro lugar donde estuviera más contento.
En medio de este acuerdo, se escuchó un golpe en el patio: Santiago acababa de tirar tooooda la caja de lápices al piso haciéndose el enojado. Ahí partió el padre, furioso (porque para padres furiosos, Fer) y lo retó. "Y en esta casa nadie se hace el calentito".
Como estábamos en tema, Santiago determinó que él también quería vivir con otra familia. Y como cuando uno toma una decisión no puede aceptar medias tintas, Fafa saltó como un resorte y, serio como pocas veces, le advirtió "a la que me voy yo, no".